La contaminación del aire es nuestro enemigo invisible. Los niveles de contaminación del aire, en España y en todo el mundo, son un problema para la salud pública.

La calidad de aire interior (CAI), en inglés “Indoor air quality” o IAQ, es un término que se refiere a la calidad del aire dentro de los edificios (edificios de oficina, edificios públicos tales como colegios, lugares de ocio, restaurantes, etc.) y viviendas particulares. Se define según las concentraciones de las sustancias químicas y biológicas, que penetran en sus interiores, así como los factores  que se relacionan con la salud y el confort de los ocupantes de los edificios.

Cuando hablamos de respirar un aire tóxico siempre nos imaginamos calles de ciudades colapsadas por el tráfico o fábricas de cuyas chimeneas no deja de salir humo. La calidad del aire es un factor descuidado. Y es por ello que cuidando la calidad del aire en  ambientes interiores, se cuida de la salud, el bienestar. En definitiva, se cuida de la salud de las personas que viven o trabajan y pasan un tiempo considerable en los interiores de dichos edificios.

El aire interior está entre dos y cinco veces más contaminado que el exterior

Entre los organismos especializados, la OMS (Organización Mundial de la Salud), en calidad de guardián de la salud pública internacional, nos confirma que las personas que viven en las ciudades pasan entre el 80 y un 90% de su tiempo en espacios cerrados. Esto significa que en nuestro bienestar tiene una mayor influencia de lo que creemos el aire que respiramos. Sea en casa o en el trabajo. Y desde la EPA (Agencia de Protección ambiental Estadounidense) se advierte que el aire que respiramos en estos espacios cerrados está, de media, entre dos y cinco veces más contaminado que el aire exterior.

La contaminación del aire exterior tiene muchas fuentes naturales y de origen artificial. Los contaminantes artificiales producen partículas muy pequeñas que se generan cerca de las zonas más pobladas. Proceden esencialmente de los procesos de combustión. En ellos, debemos incluir las emisiones de gases de escape de los vehículos, la generación de energía, la construcción y de la industria. Los contaminantes naturales producen partículas de mayor tamaño. Suelen recorrer grandes distancias antes de llegar a nosotros y proceden del polen, de los incendios forestales, volcanes, del polvo en general y de la arena arrastrada por el viento.

Contaminantes atmosféricos

Entre los principales contaminantes atmosféricos que proceden del exterior y resultan más problemáticos en la actualidad, encontramos: el monóxido de carbono (CO), el dióxido de nitrógeno (NO2), el dióxido de azufre (SO2), la materia particulada (o partículas en suspensión) (PM), el ozono (O3), el amoniaco (NH3) y los componentes volátiles orgánicos. Algunos con menos relevancia serían el trióxido de azufre (SO3), el ácido nítrico (HNO3),  el ácido sulfúrico (H2SO4), el peróxido de hidrogeno (H2O2), el amoniaco (NH4), el benceno (C6H6) y los materiales pesados (cobre, plomo, zinc, mercurio y níquel, entre otros.

La contaminación del aire Interior tiene fuentes de materia particulada (PM). Proceden del interior de los edificios y se producen por el polvo acumulado en moquetas, muebles, textiles, resto de partículas de piel, partículas de ropa, materiales de fotocopiadoras, fuegos de leña y carbón, velas y aerosoles, principalmente.

Debemos tener en cuenta que el 70% de las partículas infecciosas son inferiores a 0,3 micras. Son las que asimila nuestro organismo.

La contaminación en España -y en todo el mundo- es un problema para la salud pública. En España se originan 20 veces más muertes que el número de víctimas en los accidentes de carretera.

Los esfuerzos de la OMS se han visto respaldados por numerosos informes periodísticos, estudios científicos y advertencias gubernamentales sobres los efectos negativos para la salud de un aire con una calidad deficiente. Y sobre las enfermedades que la contaminación del aire puede causar o acelerar. Las personas y las organizaciones comienzan a ser conscientes del hecho de que los filtros de aire tienen una gran importancia e influencia positiva en la calidad del aire y la salud humana.

Por este motivo, se generó una fuerte demanda para combatir la contaminación del aire en el mundo. Y, por primera vez en la historia, la industria de la filtración de aire ha acordado un nuevo estándar global de clasificación y pruebas UNE-EN ISO 16890. Este nuevo estándar incluye una nueva clasificación de partículas para el PM1. Son las partículas transportadas por el aire más pequeñas y nocivas.

Impacto en la salud humana. ¿Cuánto respiramos? ¿Cómo influye en nuestra salud?

Bebemos unos 2 litros de agua al día, comemos entre 1 y 2 kilos de alimento… Pero, ¿sabemos cuánto respiramos? Respiramos 15 Kg de aire al día. Un total de 15 kg de aire repleto de partículas que contienen una mezcla de sólidos, líquidos y gases.

Partículas de diferentes tamaños y VOCs (Compuestos Orgánicos Volátiles). Son inhalados y penetran en nuestros pulmones pudiendo llegar al torrente sanguíneo, afectando seriamente a los pulmones y al corazón.

Las partículas más dañinas para la salud son las inferiores a 2,5 micras. Pero las inferiores a 1 micra también son altamente peligrosas. Dependiendo del tiempo de exposición a estas partículas, nos pueden provocar varias enfermedades.

Cada día nuestro cuerpo de se ve expuesto a la inhalación de estas partículas contaminantes que ponen en grave riesgo la salud humana. Un aire que contiene una compleja mezcla de partículas en suspensión, sólidas y líquidas, de sustancias orgánicas e inorgánicas.

Las enfermedades más importantes que se han asociado a las exposiciones del aire interior debido a la contaminación son:

  • Asma y Alergia.
  • Cáncer de Pulmón.
  • Enfermedades Cardiovasculares (ECV).
  • Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Entre el 60-75% de las enfermedades respiratorias agudas son causadas por los virus y nanovirus… Y debemos recordar que existen más de 200 tipos.

La importancia de la filtración del aire

El aire exterior contaminado debe ser filtrado de una forma eficaz. Ello, antes de que los sistemas de ventilación lo distribuyan. Existe el riesgo de que el aire interior también contenga una cantidad importante de partículas perjudiciales para la salud que pueden llegar a los tractos respiratorios y sistemas circulatorios de las personas.

Si tenemos la preocupación de instalar filtros de aire de alta calidad en las unidades de Tratamiento de Aire, se podrán detener una parte importante de estos contaminantes. Es importantísimo determinar el filtro y la eficacia adecuada para cada instalación y para el tipo de materia particulada (PM).

Ahora disponemos del nuevo sistema de clasificación UNE-EN ISO 16890 para determinar la eficiencia de los filtros y las partículas ePM1.

La Filtros Absolutos o “HEPA” se clasifican por la normativa UNE-EN 1822-1:2020 en Europa.

Los filtros se deben ensayar con el tamaño de partícula de mayor penetración MPPS (Most Penetrating Particle Size), este tamaño de partícula se sitúa entre 0,12 y 0,25 µ. También denominados:

  • EPA “Eficient Particulate Air”, con los niveles de clasificación: E10, E11 y E12.
  • HEPA “High Eficiency Particulate Air” que incluyen dos niveles de clasificación H13 con una eficiencia del 99,95% y H-14 del 99,995%.
  • ULPA “Ultra Low Penetration Air” con tres niveles de clasificación U15, U16 y U17.
  • Otra Normativa de referencia en EE. UU. es la IEST-PR-CC001 y la UNE-EN- ISO 29463 a nivel Internacional.

 

Alberto Alegre, CEO de Venfilter

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