Al apoyo de CNI a la campaña de change.org, sobre el que ya informamos en ClimaNoticias, se suma ahora el del Clúster IAQ para exigir la obligatoriedad de monitorizar el nivel de CO2 en residencias de ancianos y hospitales.

La iniciativa partió de Belén Zalba, profesora de la Universidad de Zaragoza, que la puso en marcha en el conocido portal de peticiones el pasado día 25 febrero. En el momento de escribir este post, ya había registradas casi 700 firmas, lo que hace factible conseguir el millar propuesto por Zalba para presentar esta petición a las autoridades.

En su argumentario para justificar la petición de firmas, Zalba señala que “los hospitales y las residencias de ancianos es lo más urgente, hay que empezar y después continuar con todos los lugares de trabajo. Hay que proteger a trabajadores y a usuarios”.

Inspeccionar y medir

En su escrito de explicación para realizar esta petición, Belén Zalba se apoya en la legalidad vigente, cuyo incumplimiento justifica plenamente esta recogida de firmas.

Por ejemplo, el RITE (Reglamente de Instalaciones térmicas en la edificación) establece claramente los niveles de CO2 admisibles para los diferentes tipos de locales.

“No es necesario hacer más reglamentos, estamos fallando en vigilar que se cumple lo que ya está escrito”, afirma Zalba. En este sentido, el RITE (2013, articulo 29) indica que “los órganos competentes de la comunidad autónoma adoptarán las medidas necesarias para la realización de las inspecciones periódicas previstas en este reglamento”.

Por otro lado, el Real Decreto 238/2013 de Modificaciones del RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios) incluye en el apartado de Mantenimiento Preventivo, como obligatoria con periodicidad anual, la Revisión de la Calidad de aire interior según la Normas UNE 171330 y 100012. Esta modificación afecta a todos los edificios con instalaciones con una potencia útil mayor a 70 kW.

Dentro de este apartado se encontrarían instalaciones de diferentes tipos, tales como centros comerciales, hoteles, edificios corporativos y de oficinas, y hospitales y clínicas, entre otros.

El PESMA, Plan Estratégico de Salud y Medioambiente 2022 – 2026 (página 136 y posteriores), tiene como objetivo principal promover entornos ambientales que mejoren la salud de la población y reduzcan los riesgos asociados a la exposición a factores ambientales, así como afrontar los desafíos del cambio climático.

“Se escribe y se vuelve a escribir, pero no se pone en marcha…. Vendrá otra ola de virus (¡ojalá no!) y volverán a subir las cifras de contagiados”, afirma Zalba.

Salud y eficiencia energética

Como es bien sabido, ventilando diluimos contaminantes en interiores (compuestos orgánicos volátiles, formaldehído, virus, bacterias,…). “Hay que empezar por hospitales y residencias, después hostelería, colegios, comercios, locales de ocio, oficinas… todos los locales”, según la profesora.

“Nos lo van a imponer desde directivas europeas que tendremos que asumir y transponer en modificaciones de nuestros reglamentos (RITE). La cuestión es lo despacio que vamos. Hay que aprovechar lo que ha pasado con esta pandemia para empujar este asunto y prevenir futuras olas de contagio”.

Esta iniciativa tiene total relación con el medioambiente y el cambio climático. La climatización tiene un importante coste en recursos energéticos con un claro impacto ambiental. De la demanda total de climatización, entre el 30 y el 70% (depende del uso del edificio) es debida a ventilación (mecánica o natural).

Midiendo el CO2 no solamente ayudamos a proteger la salud de las personas, también podemos ajustar la ventilación y usarla solamente cuando sea necesario y en la cuantía necesaria. Por tanto, podemos conseguir reducir el consumo asociado a edificios.

El objetivo es doble: salud y eficiencia energética. Ventilar lo necesario para la salud, pero no más y siempre a través de recuperadores (intercambiadores de calor) entre el aire que expulsamos y el aire de renovación que cogemos.

Cumplir la legislación

Medir el CO2 está totalmente de acuerdo con lo que dice el Gobierno y con todos los reglamentos en vigor. La guía de recomendaciones del ejecutivo enfatiza que la renovación del aire es el parámetro más importante.

Si es posible, se recomienda un mínimo de 12,5 litros por segundo (l/s) y ocupante, que es el valor que el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios atribuye a un aire de buena calidad. Para asegurar este valor mínimo, se puede trabajar en dos direcciones: aumentar la ventilación o reducir la ocupación de los espacios.

“Pero esto es papel mojado. Nadie mide, nadie verifica, no se inspecciona. Estamos a la cola de Europa en este asunto”. En el “Overview of international protocols for the inspection of ventilation systems se puede ver esto claramente en la diapositiva 3 (Number of protocols per country), número de protocolos en España para inspección de sistemas de ventilación = 0.

Es interesante también comparar esto con la situación de otros países en Europa y en el mundo.

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