El silencio es uno de los elementos esenciales a la hora de crear un ambiente agradable y de confort. Sin embargo, los sistemas de ventilación convencionales de chapa tienden a generar un ruido desagradable cuando el aire se mueve a través de los conductos, plénums o difusores.

Esta experiencia nada placentera puede resolverse fácilmente con alternativas como las soluciones basadas en textiles, que ofrecen una resistencia mínima y no emiten ningún sonido significativo, pudiendo ser tan bajo como 25dBa.

Los conductos convencionales siguen siendo la solución más común para la distribución de aire. Si hablamos de zonas ruidosas, el ruido extra que sale del conducto no marca una gran diferencia, pero en espacios tranquilos, incluso un leve chasquido o un silbido puede irritar a los ocupantes.

Debido a que la mayoría de estos conductos tradicionales están fabricados en metal, se pueden nombrar las razones claves por las que se da este ruido.

La mayoría de las veces, el ruido se causa por un flujo de aire excesivo que termina en un silbido. Como el metal transporta el ruido a través de toda la red de conductos, este silbido se puede escuchar en cualquier punto de la instalación.

Otro de los problemas más comunes se debe a la diferencia de temperaturas. Cuando se introduce aire caliente en un conducto frío, el metal se expande y da lugar a sonidos de estallidos y golpes en todo el entorno donde se encuentre la instalación.

Y luego, cuando las condiciones cambian y los conductos comienzan a enfriarse, estos sonidos regresan cuando el metal empieza a encogerse.

Otros sonidos se pueden dar por el ‘oil canning’, algo que ocurre cuando el metal comienza a moverse debido a las condiciones ambientales y roza las superficies circundantes.

Algunos sonidos pueden indicar la existencia de problemas graves.

Según Marla Mock, vicepresidenta de Operaciones de Aire Sery, “los silbidos indican una fuga catastrófica del flujo del caudal del aire frio o caliente, que se está vertiendo al exterior”.

Sin duda, estos problemas deben tratarse por profesionales, aunque otros podrían alterarse ligeramente con un aislamiento adicional de fibra de vidrio. O bien, los conductos se pueden abrir y se pueden insertar revestimientos de conductos acústicos.

Aún así, ¿por qué molestarse con esfuerzos y costes adicionales cuando todos estos problemas se pueden evitar eligiendo una solución basada en textil?

Soluciones silenciosas basadas en textiles

Los sonidos no deseados y la contaminación acústica pueden tener un impacto negativo en la salud y el bienestar de las personas, así como en su comunicación y productividad. Según National Geographic, el problema de salud más común asociado a la contaminación acústica es la pérdida auditiva inducida por el ruido.

Por supuesto, los conductos de ventilación no llegan a causar ruidos tan altos, pero otros problemas de salud, como alteraciones del sueño y niveles más altos de estrés, pueden ser el resultado de ruidos constantes no deseados.

El diseño acústico de los conductos textiles incluye el control de la transmisión y absorción del sonido. Si son diseñados adecuadamente por ingenieros profesionales, los conductos textiles pueden convertirse tanto en elementos acústicos como en proveedores de una dispersión de aire prácticamente silenciosa y sin corrientes de aire.

Especialmente en aplicaciones de confort, las propiedades acústicas de los conductos textiles son extremadamente importantes.

Estas soluciones no transmiten el sonido, ya que la tela reduce su reverberación, impidiendo que se refleje en el espacio desde la superficie del conducto. Esto conduce a un mayor nivel de comodidad para los ocupantes.

¿La tela como elemento acústico?

Ya sabemos que las soluciones de HVAC basadas en textiles pueden reducir significativamente el ruido en las instalaciones, pero también pueden funcionar como elemento acústico. Esta razón hace que sean tan bien recibidos y ampliamente instalados en teatros, cines, bibliotecas, estudios de grabación y muchos más locales que necesitan esta característica de muy bajo nivel sonoro.

Todos estos entornos requieren un nivel de ruido muy bajo para que no se arruine la experiencia general de los ocupantes del espacio. El diseño acústico de los conductos textiles controla la transmisión y la absorción del sonido y las características generales de transmisión de los sonidos dentro del espacio.

¿La climatización basada en tejidos se vuelve inevitable?

A medida que el negocio de la construcción está en auge, los propietarios y contratistas de nuevos edificios están buscando formas de crear el mejor entorno posible para los futuros ocupantes de las instalaciones.

En esta búsqueda, el área de la climatización no se está quedando fuera. Los sistemas de distribución de aire convencionales funcionaron bien durante muchos años, pero siempre tuvieron una desventaja, una secuela que ahora se puede resolver con una alternativa más asequible, pero igual de buena o, de alguna manera, mejor.

Cuando se trata de las propiedades sonoras y sus efectos acústicos, las soluciones basadas en textiles cuentan con ventaja al resolver muchos de los problemas asociados con los conductos de chapa y las rejillas tradicionales.

Además, esta alternativa de climatización crea un entorno sin corrientes de aire con una alta calidad del aire interior y el máximo confort para los ocupantes.

Ahorro sin sacrificar calidad y seguridad

El precio del metal fluctúa significativamente y a lo largo de los últimos años hemos podido observar que la tendencia ha sido a crecer.

Sin embargo, el precio del textil es estable y no ha cambiado sustancialmente en los últimos años. Esto sin contar el mantenimiento que requieren los conductos metálicos y el tiempo de montaje, que es de cuatro a cinco veces mayor que en conductos textiles, aumentando considerablemente el coste en mano de obra.

Por supuesto, el transporte de los conductos también toma un papel importante en la estimación del precio total.

Los conductos metálicos requieren de mucho espacio, resultando en unos portes de transporte elevados mientras que las telas pueden ser enrolladas en cajas, ocupando un espacio mínimo y ahorrando en coste de transporte.

Además, durante los trabajos de instalación hay que prever el almacenamiento del material para su montaje inmediato en obra, que puede suponer una dificultad añadida si estos son voluminosos y muy especialmente cuando diferentes gremios trabajan para cumplir unas fechas de ejecución predeterminadas.

Del mismo modo, cuando se están realizando los trabajos de montajes, influye a la hora de manipularlos el peso de los materiales y es muy importante considerar los riesgos laborales de cortes, caídas, elevación de piezas pesadas, etc., que suponen los montajes tradicionales metálicos.

Así, los sistemas textiles suponen también un importante avance en esta área por su reducido peso.

Artículo elaborado por CLUSTER IAQ

(Vainius Eiva | Comunication & Content Manager | FabricAir )

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